lunes, 1 de diciembre de 2008
Si nada es para siempre, ¿Por qué sigo dando vueltas? ¿Por qué vuelvo a pasar una y otra vez por el mismo lugar, por los mismos recuerdos? En algún momento del camino los pierdo, pero vuelven. O yo vuelvo a ellos, es igual. Quizás yo me alejo y vos los acercás. Siempre te ingeniaste para volver, para desarmar mi vida, desordenar mis pensamientos. Siempre volvés, o yo vuelvo. Y es el mismo círculo. Distintas direcciones. Pero siempre en algún punto del camino te vuelvo a encontrar, o vos me encontrás a mí, no sé. Es igual. Es la misma parodia que se repite una y otra vez. Tu sonrisa, mis lágrimas. Tus ojos, mi cielo. Tus abrazos, tu respiración en mi cuello. Mis besos, los tuyos. Y la realidad que se filtra, la distancia que se pone en el medio. Los recuerdos que se pierden, y en un segundo más ya no te veo, no te escucho ni te siento. Y como acto de masoquismo decido besarte, sin importarme el por venir, las consecuencias, el dolor que voy a sentir cuando extrañe tenerte conmigo.
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