sábado, 11 de abril de 2009

Me cansé de mí, de mis pensamientos, me cansé de llorar para sentirme bien, me cansé de pensar que vendrán tiempos mejores, me canse de sonreír y decir Estoy bien. Me cansé de poner el mismo CD cada vez que pienso en tí, me cansé de tener que ser yo la que inicia la conversación, me cansé de preguntarte que te pasa, me cansé de tu indiferencia, de tu rechazo. Me cansé de caminar por las mismas calles; la misma gente; la misma rutina. Me cansé de mi ropa, de mis complejos, me cansé de llorar, de pensar, de sentir, me cansé de arruinar todo, de no iniciar nada. Sí, me canse de todo lo que me rodea, pero es cuando me canso de mí que empiezo todo de cero. Aprendí con el paso del tiempo a convivir con mi propio hartazgo, a remar contra mi rutina, a luchar contra mis miedos y a evitar los errores. Hoy puedo estar harta de mí misma, Trataré de explicarte lo que siento, porque no es un día bueno, y quería que lo supieras. Esta vez si me siento mal. No tengo ganas de nada, y mucho menos de quererte. Me duele tu indiferencia, y cuando llegas son solo pocos minutos, ni siquiera pude preguntarte cómo estas. Quizás mi más doliente pensamiento se esté realizando, pero me duele, y no quiero.