sábado, 31 de enero de 2009

Porqué.

Porque puesto a confesarte, aún te tengo miedo a tenerte delante.
Porque en cuanto me descuido, me atropella algún recuerdo en el pasillo.
Porque no puedo negarte, que te quise sin querer y más que a nadie.
Porque mi doctor previno, que para este corazón estás prohibido.
Porque entre el lunes y el martes, me sobra tiempo para necesitarte.
Porque me miento si digo, que tu mirada no fue mi mejor testigo.
Porque aunque ya no me duelas, a veces busco tu nombre entra la ironía de mi mente.
Porque aún no vino el olvido, para llevarse el último de tus abrigos.

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